miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿COMO FINANCIAR LA EDUCACION EN EL PERU?

¿CÓMO FINANCIAR LA EDUCACIÓN EN EL PERÚ?
(Ensayo)

Por: Mg. Francisco Chávez Tirado
                                                                                                                                                                          Email: frachatir1@hotmail.com
I.     INTRODUCCIÓN:

Educarse en términos de formación en el amplio sentido de la palabra siempre implicará un costo que tiene que pagarse, en donde, si queremos lograr la tan ansiada “calidad de la educación” debemos sumar esfuerzos para financiarla óptimamente; en este sentido va nuestra propuesta: El estado asignando mayores recursos subiendo del 3% al 6% del PBI y la participación de todos –aportes obligatorios de la sociedad, los gobiernos locales y regionales, las ONGs e instituciones sin fines de lucro, el empresariado, la banca y especialmente las familias– que juegan un papel muy importante. Pues no podemos permanecer impávidos hasta que el estado designe más presupuesto y aceptar resignadamente de que no hay más recursos para la educación, por el contrario aprovechar los recursos y nuestros aliados más importantes –los padres de familia– ya que la experiencia nos ha demostrado especialmente en colegios de convenio, los padres de familia aportan con una  “cuota voluntaria” la misma que sirve para brindar material a los alumnos y estipendios de reconocimiento a los maestros, logrando logros gratificantes en cuanto a rendimiento académico.

No obstante hay algunas consideraciones que debemos tener presente: la asignación de mayores recursos a la educación no garantiza el éxito e incluso puede entrañar un derroche de tales recursos. El quid  del asunto está en la mejora de la eficiencia y eficacia en el gasto y en las inversiones con criterios objetivos de rendimiento; Importa más cómo y para qué resultados vamos a gastar, que el cuánto gastaremos y ¿cómo financiar las futuras necesidades de financiamiento derivadas de los déficits que arrastramos y los nuevos desafíos que tenemos encima?

II.     LA EDUCACIÓN ES COSTOSA, PERO NO TANTO COMO LA IGNORANCIA Y LA FALTA DE FORMACIÓN.

2.1.       El Costo de la Educación en el Incanato.
Partiendo de la premisa que “todo cuesta en la vida” y haciendo  un recuento de cuánto cuesta la educación en el Perú y si diéramos una mirada desde tiempos incaicos hasta nuestros días podríamos decir que educarse cuesta mucho, hay que invertir. Tal es así  por ejemplo, los descendientes del inca y la nobleza –varones– quienes tenían derecho a recibir instrucción en el Yachay huasi o casa del saber a cargo de los amautas, el Aclla huasi, estaba dedicado a las mujeres que luego serían sacerdotisas (vírgenes del sol) y que el resto de la población, sólo recibiría  una educación práctica a través de los padres, junto a quienes permanecían hasta los 25 años. Pues para ello tenían que invertir tiempo y esfuerzo que bien podría calcularse en recursos monetarios.

2.2.       El Costo de la Educación en la Colonia.
En la Colonia se trata de reeducar a los indios adultos y dar instrucción a los niños y jóvenes en formación, adoctrinarlos y enseñarles los rudimentos de la vida social europea para utilizarlos en beneficio del estado; a esto se llamó educación elemental y la educación intermedia, donde se educaban los criollos, mestizos y algunos comerciantes acomodados; colegio de caciques, el cual inicia a partir de 1536 hasta que es abolido por Simón Bolívar. Pero, la república de indios en general no tenía acceso a la educación formal, sólo quedaban con la educación informal. La educación era predominantemente religiosa, ya que estaba a cargo de las diferentes órdenes religiosas y sacerdotales. Según sea el caso, pues había que invertir tiempo, dinero, que como estamos diciendo, nada es gratis en la vida, todo cuesta, todo tiene su precio.
2.3.       El Costo de la Educación en la República.
Es pues que en la república  el interés por la educación pública se hace patente a través de las Constituciones del Estado como la de 1823 que señala que, el Congreso dictará “todo lo necesario para la instrucción pública por medio de planes fijos, e instituciones convenientes a la conservación y progreso de la fuerza intelectual y estímulo de los que se dedicaren a la carrera de las letras”; asimismo, agrega que “la instrucción es una necesidad común, y la República la debe igualmente a todos sus individuos”. A partir de entonces, las normas educativas tomaron una clara orientación democrática. Sin embargo, el Estado tuvo serias limitaciones de orden político y económico para impartir la enseñanza pública, complementando la norma en la Constitución de 1828, cuando se le atribuye una mayor importancia a la educación, al señalar que eran atribuciones del Congreso proponer “Los Planes Generales de Educación e Instrucción Pública, y promover el adelantamiento de las artes y ciencias” .
Debemos resaltar que en tiempo del gamonalismo por ejemplo con el permiso del amo y señor, el patrón o hacendado; los comuneros convencidos, que con la educación, sus hijos tendrían un mejor futuro contrataban a sus preceptores compartiendo el pago de sus honorarios con el hacendado. Pues los comuneros tendrían que construir la casa escuela y pagar el derecho de enseñanza con una ración acordada de sus productos agrícolas y de ganado y la hacienda cubría el pago monetario al preceptor –en el mejor de los casos–. Pues nos damos cuenta que la buena intensión desde tiempos muy antiguos queda casi siempre en el papel; y si utilizáramos un lenguaje de los agricultores diríamos que las mejores aguas las reciben las plantas que están cerca del canal o manantial y las últimas plantas del surco están condenadas a languidecer y morir por la falta del líquido elemento; pero el agricultor sabio que no quiere perder su cosecha invierte en tecnología y si es necesario él mismo con sus baldes o cubetas las riega para que no perezcan y siquiera produzcan algo para su sostén. La educación cuesta y lo que nos cuesta la valoramos.
En el lapso de los años 1950 a la fecha los recursos públicos destinados a educación han estado sujetos a los avatares de la política económica, de tal forma que experimentaron oscilaciones en el tiempo que pueden denominarse ciclos de gasto público en educación y esto sumado a otros factores de orden estructural, impidió que la inversión en educación genere los beneficios sociales que de ella se esperaran.
2.4.       El Costo de la Educación en la Actualidad.
Actualmente La Educación en el Perú está bajo la jurisdicción del Ministerio de educación, el cual está a cargo de formular, implementar y supervisar la política nacional de educación. []De acuerdo a la Constitución de 1993 vigente, declara la obligatoriedad de la educación en todos los niveles considerados básicos. Textualmente, el artículo 17 menciona: “La educación inicial, primaria y secundaria son obligatorias. En las instituciones del Estado, la educación es gratuita. En las universidades públicas el Estado garantiza el derecho a educarse gratuitamente a los alumnos que mantengan un rendimiento satisfactorio y no cuenten con los recursos económicos necesarios para cubrir los costos de educación.”
Entonces si bien es cierto por un lado la ley apunta a una educación pública gratuita y por otro lado la realidad es otra,  la educación en el Perú jamás lo fue gratuita. Y por lo tanto corroboramos que  la educación es muy costosa en todos los niveles, pero no tanto como la ignorancia y la falta de formación. Por eso la sociedad peruana la afirma en su Constitución y da prioridad de Estado a la educación de calidad. Los gobiernos están obligados a cumplir con ello, y la sociedad les exige cuentas. Para alcanzarla también se requieren más recursos financieros y mejor administración. Es la sociedad la que provee todos los ingresos educativos; no el partido de turno, ni el gobierno que los administra. El gobierno necesita jerarquizar bien su presupuesto público y priorizar la educación, pues lo que no se invierte en ella se termina gastando en armas, cárceles y desempleo y pago del “programa juntos”.
2.4.1.      El Financiamiento de la Educación Pública.
En un estudio realizado para el Ministerio de Educación por Jaime Saavedra y  Pablo Suárez (2002)[1], se menciona que el gasto público en Educación está clasificado económicamente en dos rubros de gastos: gastos corrientes (Remuneraciones de maestros y Pensiones), el mismo que representa en todos los casos más del 85% del gasto público, y solo el 13% para gastos de capital (compra de bienes y al pago de servicios). De tal modo que muchas escuelas – en particular fuera de Lima–, el pago de los servicios públicos depende de las contribuciones de los padres tanto en dinero como en materiales de enseñanza, artículos de limpieza, servicios de mantenimiento de enseres, etc. “El financiamiento de la educación pública en el Perú: el rol de las familias” (2002 pag.7)

Parafraseando lo que Hugo Díaz Díaz (2004)[2] rescatara del Seminario Internacional “Políticas Públicas de Educación en América Latina. Experiencias y desafíos” realizado en Río de Janeiro: La mayoría de los peruanos  partimos de una aceptación resignada de que no hay más recursos para la educación, en vez de preguntarse en qué consiste y cuánto cuesta una educación de calidad. El financiamiento es insuficiente por falta de iniciativas políticas para proponerse metas de inversión educacional más elevadas (un 6% del PBI) como también está estipulado en nuestras leyes ya que hoy el gasto educativo respecto al PBI es alrededor del  3.0%, solo en el bienio 1988 - 1989 descendió a 2.5% y 2.0% respectivamente y 1.6% en 1990; a la par que por falta de creatividad y de decisión para probar nuevas formas de financiar la educación y potenciar lo que se tiene con una mejor administración.
Que bueno sería, tal como lo hacen la mayoría de países asignan mayor presupuesto en relación a su PBI, por ejemplo: Venezuela destina unos 30 billones a financiar la educación escolar de sus hijos en todos los niveles. Lo hacen por dos vías, la obligatoria de los impuestos y el presupuesto público, y la de los aportes voluntarios que hacen las familias para sus hijos, de acuerdo a sus deseos y posibilidades; en Chile desde 1990 hasta el 2003 se ha producido un aumento significativo el gasto en educación casi duplicándose, es decir pasando desde  el 3,8% de al 7,1% del PBI Marcel Mario (2005)[3] “Estudios de Finanzas Públicas” de los cuales El sector privado aporta el 46% de estos recursos mientras el sector público financia el 54% restante; mientras que en Finlandia numero uno en educación en el mundo la ley establece que la educación es obligatoria y gratuita para todos los niños de primaria, secundaria y universidad. Esta gratuidad incluye también todos los libros de texto y utensilios necesarios, además de una comida caliente al día entre otros servicios de subsidios para sus estudiantes –salud, educación especial, idiomas–­, transporte escolar gratuito entre el hogar y la escuela, cuando el viaje es largo, entre otras bondades. El gasto público en educación en este país  representó en 1998 y en 2002 el 6,2 % del PNB (el promedio de los países de la OCDE es del 5,3 %), además de invertir 3,5% del PIB en la Investigación y Desarrollo. Es uno de los países que más invierten en la investigación en el mundo

En cuestión de financiamiento educativo en sociedades democráticas, el mejor gobierno es el que suma los aportes fiscales obligatorios de la sociedad con los aportes de los padres y estimula la contribución de las fundaciones educativas sin fines de lucro, y la que proviene de la responsabilidad social empresarial. Incluso sería un gran beneficio que la banca destinara parte de sus colocaciones a la educación (por ejemplo, en construcciones y créditos educativos). Sería equivocado situar la problemática del financiamiento exclusivamente en el Estado. Así como se dice que la educación es tarea de todos, la financiación de la educación debe ser también tarea de todos. Si observamos el escenario de los países de la OCDE encontramos que en el Perú las empresas privadas, salvo muy pocas, invierten no sólo muy poco en la capacitación de sus trabajadores, sino también en apoyo al sistema educativo.
2.4.2.      El Financiamiento de la Educación peruana un Compromiso de Todos.
En este sentido necesitamos entonces unir esfuerzos: el Estado invirtiendo más en educación con 6% del PBI, Aportes obligatorios de la sociedad en este rubro – educación –,  los gobiernos locales, fundaciones educativas y ONGs sin fines de lucro, el empresariado, la banca, aportes de los padres de familia, etc.  Se necesitan más inversiones para mejorar la igualdad y elevar la calidad y el nivel de logros educativos y así beneficiar a millones de niños, jóvenes y adultos trabajadores. Se necesita más dinero, pero ¿bajo qué condiciones debería lograrse?
·      El estado, tiene que decididamente crear impuestos, por ejemplo a los casinos, cerceras, juegos y otros vicios y destinarlos a educación de tal modo que se incremente el las arcas y de ello realmente se asigne el 6% del PBI al rubro de educación.
·      Aportes obligatorios de la Sociedad, así como se tiene que pagar el impuesto predial urbano y rústico en las municipalidades, junto a ello bien podría crearse y recaudarse un impuesto exclusivamente  para  educación; el  mismo que mediante un sistema especial sea intangible. Toda persona mayor de 25 años contribuiría a este rubro y toda persona mayor de 18 años que no estudie de igual manera.
·      Los gobiernos locales y regionales, estarían obligados a invertir en infraestructura educativa, destinando por ejemplo un 20% del FONCOMUN.
·      Las ONGs e Instituciones sin fines de lucro, que operan en nuestra patria de igual manera tendrían que asignar un porcentaje por ejemplo no menor del 10% de su capital de operatividad.
·      El empresariado, de igual manera solidariamente destinaría parte de sus utilidades para el mejoramiento de la calidad y aquellas empresas que se ven involucradas con el deterioro de del medio ambiente.las multas impuestas y recaudadas serían para educación y sobre todo las empresas mineras tendrían que pagar regalías exclusivas para educación.
·      La banca, la superintendencia de banca y seguros crearían un  fondo de solidaridad en bien de nuestra educación peruana.
·      Los Padres de familia, como ya hemos visto han jugado un papel muy importante en el financiamiento de la educación. En este  aspecto me extenderé un poco más ya que como decíamos líneas arriba no hay educación barata ni gratuita, lo importante es que todos tengan acceso a una educación de buena calidad. Nada de esto es posible sin un presupuesto público educativo eficiente y transparente y sin mayores aportes voluntarios de los padres y control de parte de la sociedad. Será un error tacharnos o tachar de neoliberales al cariño y a la responsabilidad paterna y social, cuando contribuyen parcialmente a la educación de sus hijos. Un padre del barrio no se contamina de espíritu neoliberal por convertir tres cervezas al mes en colaboración con la escuela de su hijo, sino que manifiesta el amor a él y cumple con los deberes ciudadanos de asumir lo público como propio, qué padres seguramente no destinarán un rubro en su presupuesto familiar para la educación de sus hijos. A respecto de este asunto hay bastantes experiencias, permítanme relatarles una: cuando me inicio en la carrera magisterial, soy nombrado en una escuelita ubicada a 3 220 m.s.n.m. a mi cargo tuve el primer grado, y obviamente mi anhelo era lograr excelentes lectores, pero unos de mis obstáculos era que solo las 2/3 partes más o menos tenía su libros de lectura y el resto no debido a su precariedad económica de los padres de familia y por lo tanto me era dificultoso lograr mi cometido; por lo que compadecido de esa situación en mis días de visita a la ciudad me dedicaba a pedir colaboraciones a amistades y familiares y llevarles sus libros y material de trabajo vital para los niños y para mí. Así continué creo por dos años más, tras de lo cual me di por visitar a los hogares y en forma muy sutil cerciorarme si en realidad no podían comprar y me percaté que cuanto menos en aquellos hogares para mí más pobres, en sus cocinas o en sus cuartos comunes correteaban cuyes de buen tamaño y fue así que el siguiente año al comienzo del año nomás les motivé haciéndoles la siguiente pregunta: Uds. ¿Con que herramienta hacen mejor sus chacras, con pico o con un buen arado y una buena yunta de bueyes? A lo que contestaron que con un buen arado y una buena yunta, entonces les dije ¿Quieren que sus hijos aprendan a leer rápido? –sí–,   entonces todos sus hijos sin excepción el día tal… me vienen con sus libros y con toda la relación de útiles escolares que necesito para hacer un buen trabajo; y los primeros que compraron sus útiles completos para sus hijos fueron estos padres que en años anteriores yo los había considerado pobres. Años subsiguientes más aún me volví más osado, pedía me provean de material de primera calidad para todo el año trabajando con el comité de aula y no teníamos que envidiar a la educación impartida en  “los mejores colegios de la ciudad” porque a cada alumnos se le brindaba su material preparado por mi persona, y obviamente los resultados eran satisfactorios.
alumnos de la I.E. 82423 -Piobamba, Oxamarca, Celendín
También hay experiencias con colegios de gestión mixta o de convenio, donde a los padres se les pide un “aporte voluntario” ( para eludir responsabilidades legales) mensuales, el mismo que sirve para brindar material a los estudiantes y otorgar estipendios de estímulo a los maestros, teniendo así la libertad por parte de los padres de exigir una mejor enseñanza y obviamente los resultados en los estudiantes son muy satisfactorios demostrados en los ingresos a los centros superiores, en comparación en donde los padres de familia su aporte es muy limitado y el docente tiene que hace malabares para lograr su cometido y en donde los logros son pobres reflejados en bajo rendimiento académico, siendo el promedio ponderado bajo, que cuando tienen que competir en los exámenes de admisión a las universidades los de premios de excelencia, como que de casi nada les sirve sus certificados de premios de excelencia.
2.4.3.      Consideraciones Importantes:
Como decíamos al comienzo al hablar de educación es relacionarlo con la calidad y excelencia de su impartición y los resultados de ésta, es menester tener ciertas consideraciones en cuanto al financiamiento:
·      En primer lugar, la simple asignación de mayores recursos a la educación no garantiza el éxito e incluso puede entrañar un derroche de tales recursos. El quid está en la mejora de la eficiencia y eficacia en el gasto y en las inversiones con criterios objetivos de rendimiento. Sabemos que nuestra patria está plagada de corrupción en todos sus niveles y hay estudios que demuestran que casi un 5% del gasto corriente el Perú se desangra en pago de planillas de profesores “fantasmas”, problema que se solucionaría con una verdadera descentralización de la educación.
·      En segundo lugar, los aumentos presupuestarios no deberían darse sin hacer referencia a resultados. Importa más cómo y para qué resultados vamos a gastar, que el cuánto gastaremos.  Debemos tener respuestas claras al ¿cómo emplear esos aumentos para que se reduzcan –y no aumenten- las desigualdades existentes?. Hay que tener en cuenta que las desigualdades en la financiación de la educación es una fuente importante de serias disparidades en los resultados educativos. En esto creemos que hemos dado un paso importante con la dación de la ley 29062 que modifica la ley del profesorado en lo concerniente a la Carrera Pública Magisterial, en donde uno de sus aciertos es que los docentes serán estimulados económicamente en base a su idoneidad y los resultados que tengan.
·      En tercer lugar, hay que preguntarnos ¿cómo financiar las futuras necesidades de financiamiento derivadas de los déficits que arrastramos y los nuevos desafíos que tenemos encima? Hay que compatibilizar las prioridades de inversión que lleven a niveles dignos de desarrollo de las infraestructuras “tradicionales” y las que provean de las estructuras, equipos y capacitación exigidos por la irrupción de las nuevas tecnologías de la información. En esto jugaría un papel importante los gobiernos locales quienes conocedores mas cercanos de las necesidades reales de su contexto administrarán y gestionarán en una forma eficiente a favor de los menos favorecidos; en este sentidos la municipalización de la educación no es descabellada como muchos fatalistas dicen, por el contrario, bien orientada sería una solución a los problemas álgidos en relación  a la educación. A este respecto varios países de América Latina y otras regiones del mundo han desarrollado amplia experiencia en municipalización de la educación, como Chile, Finlandia por ejemplo la prestación de la escolaridad primaria está a cargo de los 450 municipios en que se divide el país, que tienen el deber de organizar enseñanza para todos los niños en edad escolar residentes en su territorio o de ocuparse de que reciban instrucción. La enseñanza debe impartirse cerca del hogar de cada niño. Los municipios son responsables de organizar y pagar el transporte de los niños que residan a más de cinco kilómetros de la escuela. En nuestro caso bien podría el Gobierno central ocuparse de los pagos en relación al gasto corriente, mientras que los gastos de capital y de la gestión y administración estarían a cargo de los gobiernos locales quienes velarían por introducir un sistema de metas de gestión institucional y de reconocimiento del desempeño docente, Alentar el desarrollo de proyectos de desarrollo institucional y de aumentos diferenciados a los trabajadores del sector basados en el mérito y la productividad, así como racionalizar la relación entre el número de alumnos por profesor y hacer un control más efectivo de su jornada laboral.

III.     CONCLUSIONES:

3.1.       Educarse siempre tiene un costo que bien debemos asumirlo como un asunto de compromiso.
3.2.       El estado debe aumentar el presupuesto el 3% al 6% del PBI
3.3.       la asignación de mayores recursos a la educación no garantiza el éxito e incluso puede entrañar un derroche de tales recursos.
3.4.       Importa más cómo y para qué resultados vamos a gastar, que el cuánto gastaremos.  Debemos tener respuestas claras al ¿cómo emplear esos aumentos para que se reduzcan –y no aumenten- las desigualdades existentes?
3.5.       Para financiar las futuras necesidades derivadas de los déficits que arrastramos y los nuevos desafíos relacionados con mejoramiento de infraestructuras, adquisición de equipos y capacitación exigidos por la irrupción de las nuevas tecnologías de la información, jugaría un papel importante los gobiernos locales quienes conocedores mas cercanos de las necesidades reales de su contexto administrarán y gestionarán en una forma eficiente a favor de los menos favorecidos.

IV.     RECOMENDACIONES:

4.1.       Legislar en torno a cómo conseguir los aportes obligatorios de la sociedad, la participación de los gobiernos locales y regionales, las ONGs e instituciones sin fines de lucro, el empresariado, la banca y especialmente las familias para lograr el financiamiento  de la educación que nos lleve a la tan ansiada “calidad de la educación”

V.     BIBLIOGRAFÍA:
Díaz Díaz, Hugo. Estructura del financiamiento de la educación en el Perú (2004). Google, artículos, Consultado el 04 de diciembre del 2009, de:

Marcel, Mario & Tokman, Carla. ¿Cómo se Financia la Educación en Chile?, (2005). Google artículos, Consultado el 03 de diciembre del 2009, de: http://www.dipres.cl/572/articles-21669_doc_pdf.pdf

Saavedra, Jaime  & Suárez, Pablo. El financiamiento de la educación pública en el Perú: el rol de las familias (2002). Google artículos, Consultado el 02 de diciembre del 2009, de: http://www.grade.org.pe/download/pubs/ddt/ddt38.pdf


[1] Documento de Trabajo Nº 38 “El financiamiento de la educación pública en el Perú: el rol de las familias”
[2]Estructura del financiamiento de la educación en el Perú”
[3] ¿Cómo se financia la educación en Chile? : “Estudios de Finanzas Públicas”. Mario Marcel: Tiene una distinguida trayectoria profesional y sólida experiencia en finanzas públicas y presupuesto, políticas sociales, reforma del Estado y sistemas de administración financiera, en organismos internacionales e instituciones académicas en América Latina. Se desempeñó como el director de presupuesto de Chile entre 2000 y 2006.